Aunque faltan 15 dÃas para que pierdan valor, el rechazo se generalizó y causa discusiones en los locales. Defensa al Consumidor lo considera "abusivo" y piden denunciarlo.
Todos intentan darlos y nadie quiere recibirlos. Eso pasa hoy con los billetes de dos pesos, a medida que se acerca su salida de circulación.
Aunque el Banco Central dio tiempo hasta el 27 de abril para cambiarlos o depositarlos en cualquier banco del paÃs, y hasta entonces tienen pleno valor, la realidad es que ya cuesta encontrar locales que los reciban. Al enterarse, las quejas de clientes crecen, asà como las discusiones frente a las cajas. A tal punto que el Gobierno acaba de decidirse a actuar.
Comercios donde ya no se reciben billetes de dos pesos, según hallaron inspectores de Defensa al Consumidor. (Foto: GCBA)
“Casi nadie los está aceptando, salvo los bancos, pero la gente no quiere hacer dos horas de cola por unos pocos pesos. Y pagar cualquier compra con esos billetes, o darlos en un taxi, ya es prácticamente imposible. Te miran como si les estuvieras dando algo que no es dinero. Eso sÃ, si ellos tienen alguno, buscan darlo como vuelto”, denuncia Sandra González, de la entidad de consumidores Adecua.
En una recorrida por distintos barrios porteños, ClarÃn pudo comprobarlo. Kioscos, almacenes, supermercados, verdulerÃas, cines y agencias de pagos están entre los negocios donde el rechazo se generalizó, y hasta se avisa al público con carteles. “No aceptamos billetes de $ 2”, es el más común. En el autoservicio de una estación Shell de La Boca, incluso, el tarro de las propinas ruega: “No deje aquà billetes de $ 2, por favor”.
“En todo el paÃs hubo casos de kiosqueros insultados por esto. Algunos deciden no recibirlos y se generan discusiones”, reconoce Néstor Adrián Palacios, titular de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina. Un caso extremo pasó dÃas atrás en La Plata, donde un cliente, fuera de sÃ, terminó golpeando brutalmente a una kiosquera.
“Nosotros aconsejamos aceptarlos hasta dos o tres dÃas antes del final, pero muchos colegas igual ya los rechazan porque no pueden dejar el negocio para ir al banco. Además nuestros proveedores de gaseosas, golosinas y recargas, entre muchos otros, ya tampoco quieren recibirlos”, agrega.