La vicepresidente Gabriela Michetti se mostró contrariada por el gaffe (del francés, "metedura de pata"). "Estuve una hora y cuarto antes en la pista esperando que llegara el avión. Salí temprano de casa, teníamos tiempo de sobra", aseguró en declaraciones radiales.
"Cuando ponen la alfombra roja y arranco con la silla como para ir, una persona de protocolo me dice 'no, no, la PSA nos dice que esperemos, Macron no está bajando', Salió primero un grupito de 6 o 7 personas", agregó.
Pero el presidente y la primera dama de Francia estaban el final de ese "grupito".
En vez se produjo la imagen del mandatario galo dándole la mano a un chaleco amarillo por primera vez en varias semanas, algo que no sucede en su país de origen, donde la prenda se convirtió en símbolo de resistencia a las medidas de ajuste que impulsa su Gobierno.
La comitiva que debería haber recibido a los Macron estaba encabezada por Michetti, pero la vicepresidente se encontraba en un auto a 20 metros del punto donde debía producirse el saludo protocolar a la espera de la señal de efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que debían avisarle cuándo bajarse del vehículo.
Michetti eventualmente saludó a Macron y su mujer cuando la pareja presidencial estaba por subirse a su auto. "¡Salimos no sabés cómo! Casi me mato, me enganché el pantalón en la rueda y enseguida lo agarramos cuando subía al auto", expresó la vicepresidente.
También llegaron justo a tiempo el secretario de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Daniel Raimondi y el embajador francés en la Argentina, Pierre Henri Guignard, acompañado por su pareja, María del Carmen Boue-Guignard.