La violaron cuatro hombres y murió esperando justicia

La investigación nunca avanzó. Dejó su trabajo y se recluyó en su pueblo, donde sufrió un ACV. Tenía 40 años.

Marilina Tolón tardó un poco más en salir del boliche. Se demoró buscando su abrigo y sus amigas se fueron. Eran las cinco de la mañana del 8 de octubre de 2001 y caminó por la Avenida San Martín, en Puan, a 160 kilómetros de Bahía Blanca.

Para ella mudarse al pueblo fue una conquista. Dejó el campo de su familia para estudiar, vivía sola y consiguió sus primeras suplencias en una escuela. Todos recuerdan su sonrisa inocente.

Los que la conocieron coinciden: desde esa noche Marilina se apagó.

"Mi hija sufrió, era una chica alegre, siempre sonriendo, todos la querían bien. Después no tenía ganas de nada. Primero se sentía mal, como culpable o avergonzada. Ella tenía que hablarlo para que pudieran ayudarla, pero no quería. Era algo que se le quedó adentro. Lo llevaba muy adentro", recuerda Susana, su mamá.

Susana tiene 72 años y todavía se esconde para hablar. La familia Tolón es de Darragueira, una zona rural a 15 kilómetros de Puan. "Justo para esa época a mi marido le había dado un infarto y ella no quería contarle. Sentía culpa, vergüenza, no sé qué sentía. En ese momento uno pensaba en dejar todo eso atrás, el comentario era que habían tapado todo con plata. Yo eso no lo sé, pero se hizo la denuncia y después no pasó nada, no hicieron nada. Entonces nunca le dijimos la verdad al papá de Marilina, ni siquiera ahora", explica con resignación.
La salud de la maestra se deterioró desde el abuso y murió tras un ACV.

Lo que no contaron fue que cuando Marilina tenía 25 años, esa noche de 2001, cuatro hombres del pueblo la violaron y, a pesar de que hizo la denuncia, de que las pericias probaron la abuso y las pruebas que llegaron a recolectar, nunca los imputaron formalmente.

"Había una forma diferente de encarar esos temas. Hoy sabemos que existen otros recursos para avanzar con la investigación. Pero en ese momento, el fiscal que tuvo la causa no encontró elementos para imputar a los denunciados", aclararon en la fiscalía general de Bahía Blanca. Como no hallaron "pruebas materiales de la violación", la causa quedó impune.

La investigación duró poco más de un año, desde que Marilina hizo la denuncia, el 17 de octubre de 2001, hasta diciembre de 2012, cuando fue archivada.

Marilina señaló a cuatro hombres, uno menor de 18 años. Sólo él fue citado a declarar. Los tres adultos ni siquiera pisaron la fiscalía.

La impunidad convivió en silencio con los habitantes de Puan hasta el 13 de octubre de 2018, cuando Marilina murió a raíz de las secuelas de un ACV. Fue días después de que se cumplieran 17 años de la violación. Quienes la conocieron, contaron que vivió con angustia, depresión, ataques de pánico, convulsiones y enfermedades que no pudieron diagnosticar. Nunca pudo volver a dar clases ni a tener pareja. Se fue de Puan y se recluyó en el campo, con sus padres, para no volver.

Marilina se murió sin justicia pero dejó una marca.

“El pueblo no estaba preparado para afrontar lo que pasó, la gente tenía mucho miedo. Se dijo que sus violadores eran poderosos. Pero no, tenían plata para pagar un abogado y a ella nadie la escuchó, ni la Justicia, ni la Policía, ni la gente del pueblo. Cuando murió Marilina fue como una necesidad de salir a decir basta", le dice a ClarínKarina, una vecina de Puan que participó de la marcha en la que cientos de vecinos pidieron justicia el día de la muerte.

Cledi Cano es prima de Marilina y una de las personas en las que la víctima confió para contar lo que le habían hecho: "En el pueblo se despertó la culpa. La culpa del que se calló, del que escuchó algo y no dijo nada, de los que sabían. Acá nos conocemos todos, sabemos quién es quién, nos vemos todo el tiempo. Y lo de Marilina fue un golpe duro. Ese pedido es por ella y por todos los otros casos que debe haber, que también quedan en la nada".

Marilina había salido un par de veces con Néstor, un joven del pueblo, pero ya no quería saber más nada con él. Era de “buena familia”, había ido a la facultad y esa noche le insistió en la Disco Ibiza.