Mar del Plata: la ciudad de la furia

A días del inicio de la temporada, el distrito de Carlos Arroyo afronta una serie de conflictos que parecen no tener fin: promesas incumplidas a municipales, guardavidas en alerta y una interna política que recrudece.


La bandera roja preanuncia el peligro. Y es lógico. A pocos días de iniciarse la temporada, Mar del Plata parece ahogarse a raíz de una serie de conflictos que crecen a diario y que no hacen más que evidenciar una gestión, a cargo del intendente Carlos Arroyo, cuestionada hasta por los propios compañeros de Cambiemos.

A la tradicional batalla que mantiene contra los guardavidas, se suman ahora la retención de tareas de parte de los municipales, quienes a través de pintadas dejaron en claro la situación: “Sin paritarias no hay temporada”.
Peligro en la playa

La ley provincial 14.798 establece una serie de medidas de seguridad que no se cumplen en ninguno de los partidos que bañan sus costas en el Atlántico y que, en el caso de La Feliz, se hace más grave al ser destino turístico con mayores reservas para la temporada estival (una ecuación que crece producto de la crisis que imposibilita a los argentinos de salir a veranear en el exterior).

Los 74 guardavidas con los que cuenta Mar del Plata no alcanzan para garantizar la presencia de un bañero cada 80 a 40 metros (en caso de mucha concurrencia). “En lo que a nosotros respecta, Mar del Plata tiene un plan de playa que ha sido exitoso”, asegura Luis Gianotti, presidente de la Comisión Provincial de Guardavidas. Y agrega que “la Ciudad tiene un conflicto con 74 guardavidas de una mutual, pero nuestra exigencia tiene que ver con que no se baje la cantidad de guardavidas que hay”.

Sin embargo, según Daniel Rodríguez, presidente del bloque de Unidad Ciudadana en el Concejo Deliberante marplatense, el problema es mayor. “Después de veinticinco años de un gran trabajo, el intendente desbarató la Asociación Mutual de Guardavidas y arregló con la Comisión Provincial de Guardavidas. No se cumplen con un montón de cosas porque en teoría es un plan que resulta, ya que no nos tocó vivir ninguna fatalidad. ¿Pero si muere alguien, qué pasa?”, se pregunta.
Internas calientes

“Nadie quería a Arroyo, pero en ese momento era la única forma de traccionar votos de una ciudad importante. El problema es que hizo un desastre y ahora nos genera un conflicto político y económico. La idea es que Guillermo Montenegro pueda limpiarle la cara. Se lo conoce y se lo respeta por lo que consideramos que es nuestra mejor opción para 2019”, dice un funcionario de la provincia de Buenos Aires que pide reserva de nombre.

El propio jefe municipal ya había dejado en claro que sus intenciones están a otro nivel. “Voy a volver a ser intendente. El único que puede disponer sobre mi destino está muy arriba, no son seres humanos y no están en el Gobierno”, sostuvo Arroyo.

Guillermo Castelo, diputado de la Coalición Cívica y referente de Mar del Plata y la quinta sección, asegura que la interna “no es entre Arroyo y algún candidato en particular, sino entre los distintos espacios que conviven en Cambiemos, con las dificultades propias de la mala gestión del intendente. Desde la CC vamos a presentar una candidatura propia a la intendencia porque creemos en una Mar del Plata conducida por marplatenses. Contamos con el aval del partido a nivel provincial y el respaldo de Lilita Carrió, como referente nacional de Cambiemos, para ofrecerle a la ciudadanía una alternativa más moderna y honesta”.

Castelo es uno de los nombres fuertes dentro de Cambiemos para suceder a Arroyo. El PRO ya dejó en claro que apuesta todo a Montenegro, mientras que la Unión Cívica Radical maneja dos nombres que ya se mostraron públicamente con la gobernadora María Eugenia Vidal: Vilma Baragiola y Maximiliano Abad. Claro que de la interna también formará parte el propio Arroyo.
Falsas promesas

Unos meses atrás, el ejecutivo había hecho una promesa tentadora para los municipales. Se trataba de un aumento del 60% para sus empleados. Una propuesta que nada tuvo que ver con el ofrecimiento final. La última oferta rechazada por el Sindicato de Trabajadores Municipales de Mar del Plata (STM) consistía en una suba de haberes del 12% en el mes de diciembre y otorgar otro incremento del 20% en abril y otro del 15% en agosto de 2019 para reabrir la discusión paritaria recién en noviembre del año que viene. Luego de rechazar la oferta, los municipales iniciaron la retención de tareas y mostraron su fuerza ayer en una movilización local.

La semana pasada, el secretario general de STM, Antonio Gilardi, dejó en claro su postura: “Esta es la peor gestión desde la vuelta de la democracia”. Retoma Castelo: “Coincidimos con Gilardi en la mala calificación que obtuvo la intendencia de Arroyo en estos tres años. El conflicto tiene solución, pero para alcanzarla es necesaria una gestión seria y responsable que torne más eficiente el gasto municipal y jerarquice la atención y los servicios que presta la comuna. General Pueyrredón tiene el presupuesto más elevado de la Provincia, una plantilla de empleados municipales que supera los 12 mil agentes y una estructura administrativa enorme que no da respuesta a las demandas de los vecinos. Eso debe cambiar”.

Y es que las finanzas es otro de los grandes problemas locales. El secretario de Hacienda, Hernán Mourelle, es uno de los principales sindicados en la baja calificación de la gestión. Los conflictos con los municipales, el destrato a los empresarios teatrales, la pelea con los dirigentes de la Rural, su mala relación con la UCR y su ajuste a los clubes deportivos son algunos de los hechos que mencionan desde la oposición para dejar en claro su parecer. ¿Más? Arroyo lo respaldó en su cargo hace pocas semanas luego de que fuera denunciado por acoso sexual.

Justamente esta semana, el propio Mourelle ensanchó más las diferencias internas y le pegó un palo a la administración provincial porque “en la práctica, los fondos no llegan” y detalló que, para el 2019, “los fondos sólo aumentarán 16,5%”, frente a una inflación muy superior a ese porcentaje. Además, explicó que, como resultado del ajuste fiscal aplicado por Mauricio Macri, los fondos de Nación también caerán “un 10,2%”.

Para Daniel Rodríguez esto no es algo nuevo. “Lo venimos diciendo desde el primer día. Y lo que ocurre hoy es la consecuencia de todo un proceso. Se trata de una gestión que acumuló todos los errores posibles. Arroyo está dinamitando hasta la educación, que es uno de los valores propios de Mar del Plata. Y ahora vivimos en un constante ataque que parece no tener fin para los vecinos”.
Cambios

Castelo sostiene que “el principal perjudicado es el vecino que paga con mucho esfuerzo sus impuestos y no advierte resultados. El conflicto se soluciona asumiéndolo de manera responsable y trabajando seriamente en busca de la mejor solución para cada una de las partes”. Mientras que Rodríguez deja en claro que “no hay coherencia política en la interna y eso lleva a que no haya coherencia de gestión. Los damnificados son casi un millón de personas. El intendente vetó 19 ordenanzas hasta de sus propios concejales”.

Pese a que faltan nueve meses para las elecciones primarias, los candidatos a quedarse con el control de uno de los terrenos más codiciados de la Provincia todavía no asomaron la cabeza a la espera de que pase la temporada. Quizá con la sensación de que Arroyo ya tiene demasiados conflictos como para caer por su propio peso. Resta saber de qué manera jugará la oposición y dónde se parará el vecinalismo con el fin de volver a ser parte.