En la siesta del jueves, un grupo de vecinos llamaron al 911 y a la comisaria en jurisdicción 5ta, para denunciar que un un gimnasio estaba trabajando a puertas cerradas en Martín Zapata al 1.700, pese a que el último decreto provincial establece que la actividad está suspendida.
La fiscal en turno, Rosana Marcolin explicó que autorizó a la policía a interrumpir, con permiso del dueño que estaba en el lugar y lo trasladaron junto a otras 4 personas que estaban entrenando en el interior. Todos fueron notificados por incumplir el artículo 205 y el 239 del código penal y el dueño fue identificado dactiloscópicamente.
Según consta en la denuncia policial, en el interior del gimnasio había dos hombres y dos mujeres de entre 30 y 35 años.
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