Después de unos días de festejo, en los cuales los jugadores de la Selección argentina podrán exhibirles la tercera Copa del Mundo tan esperada a su gente, la AFA deberá devolvérsela a la FIFA, como todo el resto de campeones. Esto es porque el trofeo que levantó Messi en el Lusail es el mismo que alzaron todos los capitanes desde 1974 en adelante (Passarella en el '78 y Maradona en el '86, por ejemplo); y para que se mantenga en un estado inmaculado, la FIFA lo atesora bajo siete llaves.
La Copa original, la que ahora es propiedad de la Selección argentina, está hecha de oro macizo y deberá ser devuelta a Italia, más precisamente al pueblo de Paderno Dugnano (al norte).
¿Y por qué a Italia y no a Suiza, que es donde está la sede de la FIFA?
Porque en ese pueblo de la región de Lombardía fue originalmente diseñada y ahí la revisan para ver que se encuentre en perfecto estado. Entre otras cosas, se le coloca una capa de calor y otra de frío y se la analiza pormenorizadamente.
Si tiene algún daño, por más mínimo que sea, se lo arregla. Una vez esté OK, ahí recién mandan la Copa a Zurich, donde es expuesta hasta el próximo Mundial.
Por su parte, la FIFA le enviará una réplica de la Copa del Mundo a la AFA, para que esta pueda exhibirla en sus vitrinas.
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