A partir de las 0 horas de mañana, deberán someterse al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas. Es hora de que comprendamos que estamos cuidando la salud de los argentinos". El anuncio del presidente Alberto Fernández, lanzado en cadena nacional el 19 de marzo de 2020, era sorpresivo hasta algún punto, esperable también ante el avance de la COVID-19, de lo que poco se sabía por esos días.
Mañana se cumplirán 3 años del inicio de la cuarentena en la Argentina, una disposición que atendía la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que declaró el 11 de marzo de 2020 “el brote del nuevo coronavirus como una pandemia”, luego de que el número de personas infectadas a nivel global llegara a 118.554 y el número de muertes, a 4.281. Por entonces afectaba a 110 países.
Tres días antes de la decisión de la OMS, el Ministerio de Salud nacional confirmaba la primera muerte por coronavirus en el territorio nacional: un hombre de 64 años, quien vivía en la provincia de Buenos Aires, había regresado de Francia el 25 de febrero. Empezó a tener fiebre, tos y dolor de garganta, y fue internado. Tenía diabetes, hipertensión, bronquitis crónica e insuficiencia renal, y su cuadro fue agravado por la COVID-19; fue la primera víctima fatal en América Latina.
Hoy, el panorama es muy distinto: la pandemia está en retirada.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, aseguró hace pocos días que "en algún momento de este año se acabará la pandemia de COVID-19 y la enfermedad ya no se considerará como una emergencia de salud pública de interés internacional".
"En ese momento (en 2020), había menos de 100 casos notificados fuera de China y ninguna muerte reportada. Tres años después, hay casi siete millones de muertes registradas por COVID-19, pero sabemos que el número real de muertes es mucho mayor. Aun así, estamos en una posición mucho mejor ahora que en cualquier momento durante la pandemia”, detalló Ghebreyesus.
El viernes, la Organización Mundial de la Salud profundizó en su nueva perspectiva de que el drama del coronavirus ya es "casi pasado". Informó que la epidemia podría representar pronto una amenaza similar a la de la gripe estacional y confirmó que espera bajar este año su nivel de alerta máxima por la enfermedad.
"Llegamos a un punto en que podemos considerar la COVID-19 de la misma forma que consideramos la gripe estacional, es decir, una amenaza para la salud, un virus que seguirá matando, pero que no perturba a nuestra sociedad o nuestros sistemas hospitalarios", dijo el jefe de los programas de urgencia de la OMS, Michael Ryan.
En la opinión de los expertos de la entidad, el mundo está en una mejor situación que en cualquier otro momento de la pandemia, gracias a la vacunación.
Según el Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud argentino, ya se aplicaron en el país más de 115 millones de dosis, de los más de 126 millones que distribuyó el gobierno nacional.
En relación a los contagios en todo el país, el reporte del 26 de febrero de este año indicó que desde el inicio de la pandemia se detectaron 10.044.125 casos positivos, lo que ubica a Argentina como el 15° más afectado por el virus en números absolutos, según las estadísticas del sitio Worldometers. Los fallecidos son 130.458.
En esa última actualización informaron 817 nuevos infectados y otras 5 muertes, un piso histórico: para encontrar cifras más bajas hay que volver a marzo de 2020, cuando el virus recién ingresaba a la Argentina y únicamente se testeaba en casos altamente probables.
Ese fue el último reporte oficial, luego de que el gobierno nacional diera de baja en la primera semana de marzo al monitor de datos que actualizaba las cifras de nuevos casos y fallecimientos causados por la COVID-19.
Un nuevo panorama
Adhanom Ghebreyesus afirmó estar muy satisfecho con las últimas cifras de la enfermedad. "Por primera vez, el número semanal de decesos registrados en las últimas cuatro semanas fue inferior al que se registró cuando usamos por primera vez la palabra pandemia".
"Declaramos la emergencia sanitaria mundial para incitar a los países a tomar medidas más decisivas; no todos lo hicieron", recordó el jefe de la OMS.
A tres años de que la entidad declarara a la COVID-19 como pandemia, la enfermedad ha dejado cerca de siete millones de muertes en todo el planeta.
Leda Guzzi, médica infectóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), coincide con la visión de que el coronavirus ya perdió su peligrosidad extrema. "El virus pasó de tener un alto impacto en el sistema de salud en términos de hospitalizaciones y fallecidos a ser un virus manejable gracias a la campaña masiva de vacunación, porque aunque se generen todavía internaciones y casos severos, es en mucho menor medida que lo que provocaba hace dos años, cuando era nuevo para la humanidad".
La especialista rescató las enseñanzas que deja la pandemia a nivel social. "Nos deja en claro que superar estas crisis sanitarias requiere la participación de todas y todos, una mirada empática donde todos tiremos para el mismo lado, y deja en claro que lo que yo haga tiene consecuencias para los demás, y cada uno como ciudadano o ciudadana tiene un rol en la mitigación de los riesgos".
0 Comentarios