El político más influyente de las últimas décadas en la política brasileña fue sentenciado a nueve años y medio de prisión en la causa conocida como "el caso del departamento tríplex". La Justicia consideró que Lula había aceptado de la empresa OAS un soborno a través de la reforma de un departamento de tres pisos destinado a él en la ciudad de Guarujá, en la costa del estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora en sus negocios con la petrolera estatal Petrobras. El departamento, sin embargo, no llegó a estar a su nombre.
Lula no llegó a ingresar en prisión porque se trató de una condena en primera instancia y espera ahora que el mismo TRF-4 la confirme o revoque. En el primer caso, Lula podría ingresar en prisión, lo que le impediría ser candidato a presidente en las elecciones del año próximo. El histórico líder de la izquierda sudamericana encabeza las encuestas de intención de voto de cara a esos comicios.
El proceso que motivó la condena de Lula forma parte de la megacausa Lava Jato ("Lavado de Autos"), que desde 2014 investiga posibles tramas de corrupción entre políticos y empresarios del país a través de contratos con empresas del Estado. El expresidente Lula está investigado en siete procesos relacionados de forma directa o indirecta a Lava Jato.