La reforma previsional de Brasil logra dar un primer paso en el Congreso

Después de meses de bloqueo, una comisión abrió el camino al tratamiento del proyecto de Bolsonaro en el pleno de la Cámara de Diputados


Una comisión legislativa abrió el camino al tratamiento de la reforma del sistema brasileño de jubilaciones que impulsa el gobierno de Jair Bolsonaro. El paso adelante se logró el jueves en la Comisión Especial creada para el asunto en la Cámara de Diputados. La comisión aprobó con 36 votos a 13 el marco general o texto base del proyecto impulsado por Bolsonaro. Ayer el presidente dijo que el gobierno ha hecho su parte y que ahora corresponde a los diputados corregir el texto. La aprobación en comisión fue un primer éxito del gobierno de Bolsonaro, que hasta ahora ha visto bloqueada su agenda en el Congreso, donde depende de numerosas bancadas para lograr que pasen sus proyectos de ley. La reforma previsional es vista como clave para una reforma más de fondo del Estado brasileño. Los mercados celebraron el paso adelante.

Sin embargo, la iniciativa tendrá un largo recorrido, debido a que los miembros de la comisión deben pronunciarse sobre 122 modificaciones al texto original propuestas por diversos partidos u organizaciones sindicales. El “marco general” aprobado apunta a establecer una edad mínima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no existe en Brasil, de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres. Esto, que es algo descontado en los sistemas previsionales, no existe en Brasil, lo que ha generado un enorme número de jubilados “jóvenes” y sin los años de aportes necesarios para que el sistema sea sustentable.

Del proyecto original fue retirada una propuesta para poner fin al actual sistema de reparto, en vigor desde hace casi un siglo en el país, y la adopción en un plazo de diez años de un sistema de capitalización individual, mediante el cual la jubilación de un trabajador dependería de lo que pudiera ahorrar a lo largo de su vida. En otros países, como EEUU, domina un sistema mixto y los ahorros previsionales privados son algo estandar. Al conocerse la noticia de que en la comisión especial había un número suficiente para dar este paso, los mercados celebraron con una suba de 1,58% en el principal índice bursátil, el Bovespa.

Una vez que la comisión apruebe todos los artículos en particular, el texto quedará listo para ser tratado en el plenario de la Cámara de Diputados, donde se necesitan las tres quintas partes de los votos (308 sobre 513 posibles) para su aprobación. El oficialismo aspira a que la Cámara de Diputados trate el proyecto la semana próxima, antes del receso de dos semanas que comenzará el próximo 17 de julio. Si fuera aprobado, la normativa pasará al Senado para su aprobación definitiva o su rechazo.

Ayer, Bolsonaro dijo que el gobierno ha hecho su parte y que ahora corresponde a los diputados corregir cualquier malentendido en el texto. “Te equivocas, a veces reaccionas de forma exagerada. Y con la sensibilidad que existe en el Parlamento, esto se corregirá. La reforma de las pensiones aún no ha concluido. Es más, después de la Cámara, está el Senado. Si sus líderes piensan que hay que cambiar algo más, eso también puede cambiar. Ahora tengo poco que hacer con respecto al Seguro Social”, dijo el presidente. Bolsonaro admitió así que había cometido torpezas al tratar al Congreso en sus primeros meses de gobierno. El siempre poderoso Congreso le hizo notar con un largo letargo del proyecto previsional que se había equivocado. Ahora Bolsonaro se mostró humilde y dispuesto a respetar al Poder Legislativo.

Agregó que “hay que tocar poco” en el texto, pero evitó entrar en detalles sobre los cambios que se podrían hacer. “En general, fue muy bueno. No creo que haya mucho que hacer. No voy a entrar en detalles en esta cuestión. El gobierno debe hacer todo lo posible para que este proyecto no muera”.

Considerada la principal apuesta del equipo económico del gobierno en busca del equilibrio de las cuentas públicas, la reforma de la Previsión Social modifica las normas de jubilación de los empleados del sector privado y de los del sector públicos, hoy con beneficios que contrastan con los primeros, cuyas jubilaciones son mucho más exiguas. También debería cambiar el beneficio que tienen las mujeres, que pueden jubilarse muchas veces con solo 15 años de aportes. El presidente recordó que el gobierno y la política necesitan dar una señal a los inversionistas nacionales e internacionales de que el país está haciendo su parte y está actuando responsablemente con la economía. Brasil arrastra un alto nivel de gasto público, superior al 40% del PBI, y un enorme déficit fiscal, del orden de 7% del PBI. Esto abre grandes dudas entre los empresarios y sobre todo inversores extranjeros. El jefe de la bancada oficial, Vitor Hugo, (PSL) dijo que la aprobación fue una victoria para el país.