Sin embargo, la iniciativa tendrá un largo recorrido, debido a que los miembros de la comisión deben pronunciarse sobre 122 modificaciones al texto original propuestas por diversos partidos u organizaciones sindicales. El “marco general” aprobado apunta a establecer una edad mÃnima para el acceso a la jubilación, que hasta ahora no existe en Brasil, de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres. Esto, que es algo descontado en los sistemas previsionales, no existe en Brasil, lo que ha generado un enorme número de jubilados “jóvenes” y sin los años de aportes necesarios para que el sistema sea sustentable.
Del proyecto original fue retirada una propuesta para poner fin al actual sistema de reparto, en vigor desde hace casi un siglo en el paÃs, y la adopción en un plazo de diez años de un sistema de capitalización individual, mediante el cual la jubilación de un trabajador dependerÃa de lo que pudiera ahorrar a lo largo de su vida. En otros paÃses, como EEUU, domina un sistema mixto y los ahorros previsionales privados son algo estandar. Al conocerse la noticia de que en la comisión especial habÃa un número suficiente para dar este paso, los mercados celebraron con una suba de 1,58% en el principal Ãndice bursátil, el Bovespa.
Una vez que la comisión apruebe todos los artÃculos en particular, el texto quedará listo para ser tratado en el plenario de la Cámara de Diputados, donde se necesitan las tres quintas partes de los votos (308 sobre 513 posibles) para su aprobación. El oficialismo aspira a que la Cámara de Diputados trate el proyecto la semana próxima, antes del receso de dos semanas que comenzará el próximo 17 de julio. Si fuera aprobado, la normativa pasará al Senado para su aprobación definitiva o su rechazo.
Ayer, Bolsonaro dijo que el gobierno ha hecho su parte y que ahora corresponde a los diputados corregir cualquier malentendido en el texto. “Te equivocas, a veces reaccionas de forma exagerada. Y con la sensibilidad que existe en el Parlamento, esto se corregirá. La reforma de las pensiones aún no ha concluido. Es más, después de la Cámara, está el Senado. Si sus lÃderes piensan que hay que cambiar algo más, eso también puede cambiar. Ahora tengo poco que hacer con respecto al Seguro Social”, dijo el presidente. Bolsonaro admitió asà que habÃa cometido torpezas al tratar al Congreso en sus primeros meses de gobierno. El siempre poderoso Congreso le hizo notar con un largo letargo del proyecto previsional que se habÃa equivocado. Ahora Bolsonaro se mostró humilde y dispuesto a respetar al Poder Legislativo.
Agregó que “hay que tocar poco” en el texto, pero evitó entrar en detalles sobre los cambios que se podrÃan hacer. “En general, fue muy bueno. No creo que haya mucho que hacer. No voy a entrar en detalles en esta cuestión. El gobierno debe hacer todo lo posible para que este proyecto no muera”.
Considerada la principal apuesta del equipo económico del gobierno en busca del equilibrio de las cuentas públicas, la reforma de la Previsión Social modifica las normas de jubilación de los empleados del sector privado y de los del sector públicos, hoy con beneficios que contrastan con los primeros, cuyas jubilaciones son mucho más exiguas. También deberÃa cambiar el beneficio que tienen las mujeres, que pueden jubilarse muchas veces con solo 15 años de aportes. El presidente recordó que el gobierno y la polÃtica necesitan dar una señal a los inversionistas nacionales e internacionales de que el paÃs está haciendo su parte y está actuando responsablemente con la economÃa. Brasil arrastra un alto nivel de gasto público, superior al 40% del PBI, y un enorme déficit fiscal, del orden de 7% del PBI. Esto abre grandes dudas entre los empresarios y sobre todo inversores extranjeros. El jefe de la bancada oficial, Vitor Hugo, (PSL) dijo que la aprobación fue una victoria para el paÃs.