Paraguay vota para definir si cambia el rumbo o mantiene el gobierno colorado

Los paraguayos deciden si renuevan la confianza en el histórico Partido Colorado convirtiendo a Santiago Peña en el presidente electo o le pasa el poder a una alianza opositora heterogénea que propone a Efraín Alegre


A las 7 (8 hora argentina) comenzaron en todo el territorio de Paraguay las elecciones a una sola vuelta para elegir al nuevo presidente que asumirá el poder el 15 de agosto próximo en reemplazo de Mario Abdo Benítez.

Los 1.140 locales electorales, que albergan 12.171 mesas receptoras de votos en modalidad electrónica, abrieron sus puertas en una jornada que se extenderá hasta las 16.30.

Paraguay decidirá si renueva la confianza en el histórico Partido Colorado, que gobernó 65 de los últimos 69 años, convirtiendo a Santiago Peña en el presidente electo, o le pasa el poder a una alianza opositora heterogénea que propone a Efraín Alegre como el próximo jefe del Estado.
Ambos candidatos iniciaron la jornada antes de la apertura de las mesas con sendos mensajes públicos de convocatoria a la ciudadanía a votar y desayunos con colaboradores, militantes y periodistas.

Una hora antes de que se abrieran las mesas, hubo algunas discusiones en un colegio de Asunción y también en la ciudad de Sapucai, a unos 90 kilómetros de la capital, entre autoridades de mesa partidarias sobre si las urnas, es decir, las máquinas electorales, se debían colocar dentro o fuera de las aulas, que no fueron más allá de incidentes del momento.

A las 6.30, autoridades del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) ofrecieron una conferencia para convocar a la ciudadanía a concurrir a los comicios.

El titular de ese organismo, Jorge Bogarín, dijo que a esa hora el 99% de las mesas electorales en todo el país ya estaban listas para comenzar a recibir votantes a partir de las 7, y respecto de la discusión sobre la ubicación de las máquinas electorales aseguró que "se debe respetar la transparencia del acto electoral", en alusión a que las urnas deben ser colocadas fuera de las aulas.

Están habilitados para votar 4.782.940 electores (hay 7,4 millones de habitantes) aunque se estima que habría hasta 40 por ciento de abstención, ya que, si bien el voto es obligatorio, las penalidades para quienes no cumplen el deber cívico son inexistentes.

Peña es un hombre de 44 años, considerado como un tecnócrata de poca experiencia política: su antecedente principal es haber sido ministro de Economía en el gobierno de Horacio Cartes (2013-2018), su actual padrino para esta elección.

Cartes, un polémico personaje sancionado por Estados Unidos por corrupción, pero que mantiene cierta respuesta positiva en la ciudadanía, asegura que en su gobierno hubo una bonanza económica y distribución de riqueza mayor a la que se vivió durante la presidencia de Mario Abdo Benítez, su tenaz opositor en la interna colorada.

Por eso, también podría jugarse el destino político de Cartes, un empresario que viene del mundo del fútbol como presidente del Club Libertad y se terminó convirtiendo en el principal "jefe" colorado -pese a que en realidad se afilió en 2009 cuando tenía 54 años-, para poder presentarse como candidato.

Mientras tanto, Peña intentó llegar a las elecciones haciendo un difícil equilibrio que le permitiera recibir los votos que convoca Cartes, pero tomando distancia de las distintas causas judiciales que tiene el expresidente.

Incluso en los últimos días, ante la insistencia de las preguntas periodísticas, tuvo que admitir que, en caso de asumir la presidencia el 15 de agosto actuará "en apoyo de la ley" ante un pedido de extradición de Estados Unidos para juzgar a su padrino político.

En cuanto a su plan de gobierno, anticipó una dura lucha para controlar la inflación y prometió la creación de 500.000 nuevos empleos en el período de cinco años, mediante el impulso de políticas públicas que incentiven y potencien los atractivos del país para que tanto los inversionistas extranjeros como los nacionales puedan ver en Paraguay una oportunidad de negocios.

También se propone ayudar a las pequeñas y medianas empresas a llegar a la formalización y adquirir préstamos blandos.

Alegre, a su vez, llega como candidato presidencial por tercera vez, después de haber perdido con Cartes en 2013 y con Abdo en 2018.

Católico practicante, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, de 60 años y abogado de profesión con varias maestrías, el presidente del también histórico Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) entendió que su campaña electoral debía hacer foco en Cartes más que en Peña, hasta llegar a presagiar el jueves en su acto de cierre que vencerá al "Pablo Escobar paraguayo".

Más allá de esta demostración de confianza, no será fácil para él, al frente de la alianza Concertación por un Nuevo Paraguay, convertirse en el segundo candidato que le puede ganar una elección a los colorados, como hizo en 2008 Fernando Lugo aprovechando una profunda división interna en la Asociación Nacional Republicana (ANR, el nombre oficial del Partido Colorado) motorizada por Lino Oviedo.

Y en todo caso, de ganar tampoco tendrá fácil la gestión, porque la alianza que lo postula es demasiado amplia, con lo que podrían asomar diferencias internas ideológicas, como ocurrió justamente en el gobierno de Lugo, destituido en 2012 en un juicio político exprés luego de que el PLRA abandonara el gobierno.

Además de los debates internos, un Efraín Alegre presidente deberá lidiar con un Parlamento probablemente opositor, ya que los colorados tienen un amplio despliegue territorial que les aseguraría una buena cantidad de legisladores, especialmente en el Senado, donde 23 propios le dan a una fuerza la mayoría en la cámara de 45 bancas.

En cuanto a los planes de gobierno, la Concertación prometió que rebajará tarifas, establecerá un mejor plan de salud pública y creará una Secretaria de Estado para la recuperación y devolución al pueblo del dinero robado por los gobiernos colorados.

Respecto de la política exterior, Alegre se pronunció por profundizar los acuerdos dentro del Mercosur en contra de los planes de negociaciones por separado que propone el gobierno de Uruguay, y también anticipó su no reconocimiento a Taiwán como país independiente, lo que colocaría obviamente a Paraguay en un nivel de mayor amistad con China que el actual.

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