La precandidata presidencial dijo en una entrevista que «casi la mitad de los estudiantes de las universidades públicas son extranjeros». Sin embargo, el dato es exiguamente menor: el 3.6% de los alumnos universitarios son de otro país.
Patricia Bullrich continúa con su discurso duro con el objetivo de superar a Horacio Rodríguez Larreta en las PASO del próximo 13 de agosto. En este caso, se refirió en términos exageradamente inexactos sobre la situación universitaria nacional con un tinte xenófobo: «Las universidades públicas están vacías de alumnos. Tenemos casi la mitad de la matrícula de alumnos extranjeros que vienen y toman las posibilidades que Argentina da, mientras que los argentinos quedan en el cementerio de colegios secundario», expresó Bullrich.
Más allá de que la Constitución Nacional garantiza derechos «a todo aquel que quiera habitar el suelo argentino», los datos oficiales indican que en las carreras de grado de la UBA hay unos 14.000 estudiantes que no son argentinos, lo que representa un 4,2% de la matrícula total. Si se tiene en cuenta las universidades públicas de todo el país, la cifra desciende a 3.6%.
En esta línea, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, se había manifestado en ocasiones anteriores en contra del mito de que «es perjudicial que los extranjeros se estudien gratuitamente en la universidad», a través de la postulación de dos motivos: «Uno es un círculo cultural virtuoso, porque es bueno para nuestros chicos estudiar con otros que tienen otra experiencia, otra cultura, otra familia, otros antecedentes, otro proyecto», introdujo.
«Pero además hay otro argumento muy fuerte: el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ya en el año 2017 hizo un estudio junto con la UBA y reveló que los estudiantes extranjeros dejaban en CABA $10.000 millones que les enviaban sus padres. Eso se transforma en consumo, que alquilan, que salen, que compran, que se visten, que se alimentan. Ya para ese época era el 0.52% del Producto Bruto de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, también es un círculo virtuoso cultural y económico, porque dejan plata. A la Argentina le conviene económicamente. Son pocos chicos, vale la pena, intercambios cultural, científico y académico, y además dejan plata que no estaba», había manifestado el ministro de educación.
Las manifestaciones de la ex ministra de Seguridad se agregan a las de Franco Rinaldi, primer candidato a legislador porteño de la Ciudad de Buenos Aires en la lista de Jorge Macri, apoyado por Patricia Bullrich, quien pidió arancelar la universidad.
«En muchos casos la universidad se ha convertido en una gran playa de estacionamiento, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, para las clases medias que no saben mucho qué hacer y que dicen ‘bueno, ¿qué hago? Bueno, me meto al CBC (Ciclo Básico Común), hago un añito de esta carreta, un añito de esta otra carrera, total es gratis’», había dicho el candidato de las filas macristas. En este sentido, Rinaldi sostuvo que su planteo «no es solo que hay que arancelar» la universidad pública, sino que «el sistema, como está planteado hoy, es injusto».
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