Además, se investigaban otros cuatro fallecimientos, mientras que 131 personas seguÃan con paradero desconocido y 155.000 se habÃan quedado sin hogar.
Los equipos de rescate se apresuraban el martes en evacuar a las personas atrapadas por las devastadoras inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, donde se reportaban 95 muertos y supervivientes desesperados en busca de alimentos y suministros básicos.
En las afueras de Eldorado do Sul, a 17 kilómetros de Porto Alegre, la capital del estado, muchas de las personas que abandonaron sus hogares dormÃan al borde de la carretera y dijeron a Reuters que estaban pasando hambre. Familias enteras se marchaban a pie, llevando sus pertenencias en mochilas y carritos de la compra.
"Llevamos tres dÃas sin comer y acabamos de conseguir esta manta. Estoy con gente que ni siquiera conozco, no sé dónde está mi familia", dijo un joven llamado Ricardo Junior.
Las inundaciones han dificultado las labores de rescate, y docenas de personas siguen esperando ser evacuadas en botes o helicóptero de las casas afectadas. Pequeñas embarcaciones recorren la ciudad inundada en busca de supervivientes.
La agencia estatal de Defensa Civil dijo que el número de vÃctimas mortales habÃa aumentado a 90 y que se estaban investigando otras cuatro muertes, mientras que 131 personas seguÃan en paradero desconocido y 155.000 se habÃan quedado sin hogar.
En Porto Alegre, ciudad de 1,3 millones de habitantes situada a orillas del rÃo Guaiba, las calles del centro estaban bajo el agua, mientras los habitantes se encontraban con estanterÃas de supermercados vacÃas y gasolineras cerradas, y las tiendas racionaron la venta de agua mineral.
Las inundaciones también han afectado a los servicios de agua y electricidad, con más de 1,4 millones de damnificados en total, según la Defensa Civil de Brasil.
Casi medio millón de personas se quedaron sin electricidad en Porto Alegre y las ciudades periféricas, ya que las compañÃas eléctricas cortaron el suministro por motivos de seguridad en los barrios inundados.
El operador de la red nacional, ONS, dijo que cinco presas hidroeléctricas y lÃneas de transmisión habÃan quedado fuera de servicio debido a las fuertes lluvias.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva declaró en un programa de televisión gubernamental que la magnitud de los daños no se conocerá hasta que bajen las aguas.
Asimismo, prometió ayuda federal para el estado en lo que se considera el peor desastre climático de su historia.
Los economistas de JP Morgan prevén que el impacto de las inundaciones en la economÃa brasileña sea un modesto descenso del crecimiento del PIB y un aumento marginal de la inflación, debido principalmente a la subida de los precios del arroz, que se produce en gran parte en Rio Grande do Sul.
FUENTE: NA
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