El artículo analiza el ascenso inesperado del presidente y su impacto en la política argentina ante la dicotomía de hacer el más grande ajuste sobre los argentinos y la tremenda pasividad de éstos, casi los ubica como un país fácilmente dominable y de un intelecto inferior a un simio.
Que los argentinos somos especiales, ya no lo duda nadie, pero que somos un pueblo fácilmente manejable en sus gustos y su sorprendente pasividad ante el avasallamiento de sus dirigentes, no deja de sorprender al mundo entero y en esta ocasión al país del norte.
Puede ser el odio o vaya uno a sabes el por qué, pero que las urnas en Argentina han hablando fuerte y claro para votar a un payaso como máxima autoridad de un Estado al que odia y menosprecia, cosa rara pero que hoy es una realidad innegable en el país.
Por eso la otrora prestigiosa revista Time dedica su nueva portada a Javier Milei, el controvertido líder argentino que se autodenomina “anarcocapitalista”.
El artículo analiza el ascenso inesperado de Milei y su impacto en la política argentina y global. Su figura se enmarca dentro de un movimiento populista de derecha que ha ganado terreno en varios países alrededor del mundo, desde Italia hasta Hungría, Brasil, Perú, Estados Unidos e India.
Milei, sin embargo, presenta características únicas que lo distinguen de sus homólogos y lidera una nación con particularidades singulares como Argentina, una potencia regional rica en recursos naturales pero marcada por décadas de mala gestión política e inestabilidad económica.
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