“Ante tanto desamparo, como Iglesia en San Justo reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por nuestros niƱos y jóvenes desde las tres ‘C’ de la vida: colegio, club y capilla, en contraposición a las tres ‘C’ de la muerte: calle, cĆ”rcel y cementerio”, dijo el prelado bonaerense Eduardo GarcĆa en un comunicado tras los brutales asesinatos de Brenda, Morena y Lara.
Representantes de la Iglesia católica en el gran Buenos Aires denunciaron que “grandes zonas han quedado liberadas a merced de mafias narcos”, y advirtieron que “la constante ausencia del Estado en sus distintos niveles permite que esta cultura de la destrucción y de la muerte crezca y avance sin freno” e hicieron hincapiĆ© en que “la falta reiterada de polĆticas pĆŗblicas se convierte, en la prĆ”ctica, en complicidad”.
Este duro diagnóstico fue expresado un comunicado del obispo de la localidad bonaerense de San Justo, Eduardo GarcĆa, en medio de la repercusión del triple asesinato en contexto de narcocriminalidad de Brenda Castillo (20), Morena Verri (20) y Lara GutiĆ©rrez (15), cuyos cuerpos fueron encontrados descuartizados en una vivienda en Florencia Varela, tras haber sido vistas por Ćŗltima el pasado viernes.
De hecho, el 26 de junio pasado, con motivo del DĆa Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el TrĆ”fico IlĆcito de Drogas, la Conferencia Episcopal Argentina -que agrupa al centenar de obispos del paĆs- advertĆa en una declaración que “si el Estado se corre, entra el narcotrĆ”fico”, recordó el diario ClarĆn.
“Con profundo dolor, queremos acompaƱar a las familias y amigos en el duelo por la muerte de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara GutiĆ©rrez”, seƱaló monseƱor GarcĆa en el comunicado, donde agregó: “Este episodio se suma a la larga lista de hechos de violencia y muerte que golpean a nuestros barrios desde hace tiempo”.
El prelado denunció: “Somos testigos de que grandes zonas han quedado liberadas a merced de mafias narcos –a pequeƱa y gran escala– que se infiltraron y terminaron dominando la vida y la conciencia de nuestra gente, especialmente de los chicos y jóvenes, instalando una verdadera cultura de delincuencia y criminalidad”.
“La constante ausencia del Estado en sus distintos niveles permite que esta cultura de la destrucción y la muerte crezca y avance sin freno. La falta reiterada de polĆticas pĆŗblicas se convierte, en la prĆ”ctica, en complicidad”, advierte el obispo.
SeƱala que “ante tanto desamparo, como Iglesia en San Justo reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por nuestros niƱos y jóvenes desde las tres "C" de la vida: colegio, club y capilla, en contraposición a las tres "C" de la muerte: calle, cĆ”rcel y cementerio”.
"Necesitamos barrios, ciudades y una patria donde no sea la barbarie pagada la que eduque, sino donde se garanticen la comida, la salud, la seguridad y un verdadero proyecto de vida para nuestros niƱos, jóvenes y familias”, dijo y concluyó: ”Rezamos por estas familias y por todas las que, en nuestra patria, sufren bajo el flagelo del narcotrĆ”fico institucionalizado".
Por su parte, el obispo de la diócesis Quilmes –en cuya jurisdicción fueron encontrados los cuerpos–, Carlos Tissera, y su auxiliar, Eduardo Redondo, tambiĆ©n expresaron su dolor por los asesinatos, se suman al reclamo de justicia y demandan "acciones prontas y efectivas de cuidado y promoción de niƱos, niƱas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables”.
Tras recordar el mensaje de la Iglesia de junio pasado, lamentan que cerca del DĆa Internacional contra la Explotación Sexual y el TrĆ”fico de mujeres, niƱas y niƱos, que se cumple este miĆ©rcoles, se deba despedir a estas jóvenes "vĆctimas de muchos de estos flagelos".
ClarĆn






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