Acoso: las porristas dicen que el consejo de sus jefes es sonreír cuando los hinchas las manosean

Las porristas, animadoras de equipos deportivos profesionales en los Estados Unidos, por lo regular son bailarinas con estudios de ballet, jazz, hip-hop, danza moderna y tap.

Deben vencer a decenas de bailarinas para obtener el puesto y así tener la oportunidad de demostrar las habilidades atléticas y de baile que han desarrollado tras años de trabajo.

Sin embargo, pronto descubren que presentarse en eventos deportivos es tan solo una pequeña parte del trabajo. También deben realizar otras actividades que muchas veces son menos agradables: interactuar con los aficionados durante los juegos y en otros eventos promocionales, donde es común que sufran acoso sexual y manoseos.

En entrevistas con decenas de porristas y exanimadoras, la mayoría de la NFL, pero también algunas de la NBA y la NHL, las mujeres describieron una explotación sistemática por parte de los equipos, que obtienen ganancias por enviarlas a convivir con los aficionados antes de los juegos y a otras reuniones en las que son víctimas de comentarios sexuales ofensivos y manoseos de los aficionados.

Porrista de Detrot pistons NBA Fuente: AP

"Cuando traes puesto un sostén que realza tus senos y una falda con flecos, por desgracia algunas veces puede dar la impresión de que es lo más natural", se lamentó Labriah Lee Holt, exporrista de los Titanes de Tennessee en la NFL. "Nunca tuve ninguna experiencia en la que alguien del personal profesional o del equipo dijera algo o me hiciera sentir así. Pero sin duda lo experimentas cuando te encuentras rodeada de personas que han estado bebiendo cerveza".

Los funcionarios de los equipos conocen la situación, según las animadoras, pero casi no hacen nada para evitar el acoso. A las porristas de la mayoría de los equipos deportivos profesionales se les exige convivir con los hinchas durante los partidos y en eventos promocionales, donde los encuentros con personas intoxicadas pueden ser tormentosos. Una exporrista de los Pieles Rojas de Washington recordó una tarea especialmente incómoda: la enviaron con otras cinco a la casa de un aficionado, donde había varios hombres bebiendo y viendo un partido de fútbol.

"No había ningún tipo de protección", señaló Holt. "Tienes que hacer un recorrido por los autos, ir a las carpas, convivir con los aficionados y sacudir los pompones. Algunas veces te tocan unos viejos desagradables que ya están alcoholizados y te dicen algo nada apropiado. Es común y la industria lo sabe".

Una porrista que trabajó mucho tiempo con los Vaqueros de Dallas recordó un partido en casa en el cual las animadoras caminaron cerca de un grupo de aficionados de las Águilas de Filadelfia. "Solo caminamos por ahí, saludando y sonriendo, y uno de ellos me llamó la atención", relató la porrista, quien prefirió mantenerse en el anonimato porque, al igual que muchas otras, se vio obligada a firmar un convenio de confidencialidad. "Se me quedó viendo y dijo: '¡Espero que te violen!' Es solo un ejemplo de lo que nos gritaban. Incluso nuestros propios aficionados, ya borrachos, gritan de todo, y tú solo piensas: '¿Cómo es posible?'. Es parte del trabajo. Van de la mano. Se supone que debes aceptarlo".

Ni los Vaqueros ni los Titanes respondieron a nuestra solicitud de comentarios. La NFL se negó a responder a declaraciones específicas de las animadoras. Un vocero hizo una declaración a nombre de la liga: "La NFL y todos los clubes que pertenecen a ella respaldan las prácticas de empleo justas. Los empleados de la NFL y otras personas asociadas a ella tienen derecho a trabajar en un ambiente positivo y de respeto, libre de cualquier forma de acoso".