Alberto Fernández, desde Brasil, país al que viajó para asistir a la asunción de Lula, explicó los motivos por los cuáles decidió que avance el pedido de juicio político contra el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti.
El camino que eligió el jefe de Estado no es sencillo y está dominado por distintos vericuetos: primero, el reclamo será presentado a la Cámara de Diputados y analizado por la Comisión de Juicio Político, organismo encabezado por la legisladora del Frente de Todos (FdT) Carolina Gaillard.
Si existe un dictamen a favor de la solicitud, para lo cual se necesita la aprobación de más de la mitad de los integrantes de tal comisión (son 31 los ediles que la integran), el requerimiento de enjuiciamiento deberá ser aprobado con al menos dos tercios de los diputados del recinto. Una cifra que, dados los integrantes de Juntos por el Cambio, parece difícil que sea realidad.
Pese a esto, Fernández se encuentra «convencido» de la decisión que afronta y comentó: “Durante mucho tiempo planteé que la Justicia se revise, pero evidentemente no lo hace, y hemos llegado a una situación límite”.
“Lula le agradeció a la Corte Suprema por haber tenido la capacidad de revisar los propios fallos”, se explayó. Y agregó: “Esperaba que la Justicia pudiera hacer algo parecido”. Aludió así a la anulación de la sentencia contra Lula en 2019.
Fernández también hizo una referencia a los chats que dieron cuenta de un viaje a Lago Escondido entre funcionarios del poder político y judicial, además de empresarios de medios. “Hemos visto cosas muy obscenas a la vista de la ciudadanía”, dijo.
Si bien comentó que tomaba con “prudencia” la filtración de los chats, admitió que “tal vez fueron obtenidos ilegítimamente”, pero recalcó que “nunca fueron desmentidos”. “Nadie dijo que eso era mentira, que no viajaron, o que no se les pagó el viaje. Me parece preocupante porque vemos a jueces y fiscales, en un vínculo absolutamente promiscuo con empresarios”, declaró. Y agregó: “Todos coinciden en una lógica de estigmatizar a un sector de la política, y hacer caso omiso con las irregularidades de otros”.
A su vez, Fernández hizo referencia en ese último punto a la nueva filtración de los supuestos chats del ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, con empresarios de y Silvio Robles, mano derecha de Rosatti y vocal de la Corte Suprema.
“Hay posibles negocios incompatibles entre concesionarios del estado, con funcionarios del estado, en este caso de la ciudad de Buenos Aires”, manifestó el jefe de Estado.
Por otro lado, Alberto Fernández habló de las próximas elecciones presidenciales: “Para poder ganar tenemos que estar unidos. Y ver cómo saldamos nuestras diferencias de un modo civilizado y democrático”, afirmó. “No podemos permitir que el esfuerzo de estos cuatro años se pierda para que vuelvan los mismos que causaron los problemas que recibimos”, apuntó.
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